Microsoft Research presenta VASA-1, una IA que genera videos hiperrealistas a partir de una imagen y audio. Un avance con grandes posibilidades, pero también con riesgos en desinformación y empleo.
El caso de los deepfakes de Taylor Swift es un claro ejemplo de los desafíos éticos y sociales que plantea la IA generativa, exigiendo una respuesta colectiva y un marco regulatorio sólido.
Perplexity AI, una startup de búsqueda impulsada por IA, ha sido acusada de rastrear sigilosamente sitios web para recopilar contenido, generando preocupaciones sobre derechos de autor y el impacto en los creadores. El incidente destaca la tensión entre las empresas de IA y los creadores de contenido en relación con el uso de contenido en línea.
Un error en el acceso a una cuenta compartida de ChatGPT revela las fragilidades de la privacidad en la era de la IA y la necesidad de políticas claras en el ámbito laboral.
El escándalo del anuncio de Vogue generado por IA revela una crisis en la intersección de la moda y la tecnología: ¿automatización creativa o perpetuación de sesgos? Un llamado a la reflexión ética y al uso responsable de la inteligencia artificial.
OpenAI se asocia con Noruega para crear Stargate, un centro de IA impulsado por energía renovable que promueve la innovación ética y sostenible. Un proyecto que redefine la IA.
Google se compromete con el Código de Conducta de la UE para la IA, marcando un hito en la regulación y ética de la inteligencia artificial. ¿Qué implicaciones tiene este movimiento para el futuro de la tecnología y la sociedad?
La inteligencia artificial ha alcanzado un nuevo hito: la capacidad de imitar a los humanos no solo en la forma de hablar o escribir, sino también en la de representarnos digitalmente. Esta tecnología, conocida como IA mimética, plantea interrogantes profundos sobre la autenticidad, la identidad y los límites éticos de la inteligencia artificial.
Un experimento con un ChatGPT terapéutico revela los riesgos de la manipulación de la IA en la salud mental y la necesidad de un desarrollo ético y responsable.
El hackeo de Tea, la app para que mujeres expongan a sus ligues, revela vulnerabilidades de seguridad y plantea dilemas sobre privacidad, ética y dinámicas de género en la era digital.