En pleno auge de la automatización y la inteligencia artificial en el mundo laboral, Amazon vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez no por drones de reparto ni modelos de lenguaje, sino por cómo está utilizando la IA como arma contra los movimientos sindicales. Sí, has leído bien.
🕵️♀️ Una IA que te vigila (y te despide)
Según un análisis publicado por Artificial Intelligence Made Simple, Amazon ha desplegado en sus almacenes un sistema hiperautomatizado de vigilancia y control que monitoriza cada movimiento de sus empleados. Hablamos de cámaras inteligentes, sensores, escáneres, y algoritmos que lo registran todo —desde cuántos segundos pasas sin moverte, hasta con quién hablas.
Este modelo de “supervisión algorítmica” no solo mide productividad: detecta patrones de comportamiento que podrían asociarse a intentos de sindicalización. El resultado: despidos automáticos, advertencias sin supervisión humana y una cultura laboral cada vez más opaca y opresiva.
📉 ¿Qué tiene que ver la IA con los sindicatos?
Mucho. En mayo de 2024, trabajadores de St. Louis presentaron una denuncia ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales en EE.UU. Alegan que Amazon está utilizando estos sistemas para identificar y silenciar cualquier esfuerzo colectivo por mejorar sus condiciones laborales. Y lo preocupante no es solo el “qué”, sino el “cómo”: con predicciones algorítmicas.
📢 Reacción global: ¿quién vigila al vigilante?
La respuesta sindical no se ha hecho esperar. En Europa, más de 20 líderes de sindicatos han pedido a los reguladores que investiguen las prácticas laborales de Amazon y exijan transparencia en el uso de IA en entornos de trabajo.
Mientras tanto, expertos en derechos digitales y abogados laborales advierten que este uso de inteligencia artificial podría vulnerar derechos fundamentales, tanto en EE.UU. como en la UE. El derecho a organizarse, a hablar con libertad, e incluso a desconectar… se están viendo erosionados en nombre de la eficiencia.
⚖️ Una frontera que no deberíamos cruzar
En Sombra Radio nos preguntamos: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificar los derechos humanos básicos por la promesa de una eficiencia absoluta? La IA no debería ser un instrumento para oprimir, sino una herramienta para liberar.
Y tú, ¿aceptarías un jefe que no duerme, no escucha… y nunca olvida?
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