
Ni ChatGPT ni Gemini ni Claude: si queremos una IA que entienda la complejidad cultural, lingüística y social de América Latina, necesitamos crearla desde dentro.
Esa es la premisa que impulsa Latam-GPT, el modelo de lenguaje entrenado específicamente con datos de América Latina y el Caribe, presentado oficialmente por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia) de Chile y desarrollado en alianza con instituciones de Brasil y otros países de la región.
Su objetivo: construir una inteligencia artificial que comprenda nuestros idiomas, expresiones, contextos históricos y sociales mejor que cualquier otro modelo global. Porque no todo se traduce. Y no todo se comprende con datasets anglosajones.
🌎 IA entrenada con y para Latinoamérica
A diferencia de otros LLMs dominados por lógicas estadounidenses o chinas, Latam-GPT está diseñado desde cero con materiales culturales, textos, discursos y medios de América Latina.
✔️ Entrenado en español, portugués e inglés.
✔️ En camino de integrar lenguas indígenas como el mapudungún y el rapanui.
✔️ Desarrollado bajo principios de código abierto y responsabilidad ética.
✔️ Su primera versión gratuita funcionará como un chatbot y saldrá entre junio y julio de 2025.
Desde Cenia dejan claro que esto no es solo un experimento: es una apuesta política y tecnológica por la soberanía cultural en la era de los modelos generativos.
“Los modelos como ChatGPT no entienden nuestros contextos. Latinoamérica tiene historias, tensiones y maneras de hablar que requieren modelos propios.”
🤖 ¿Por qué importa?
Porque los grandes modelos globales están entrenados mayoritariamente con contenido anglófono, con sesgos geográficos, históricos y de clase.
Porque cuando una IA no te entiende, te interpreta mal.
Y porque si no entrenamos nuestros propios modelos… nos entrenarán otros.
Latam-GPT busca corregir ese desequilibrio. No compitiendo en poder computacional, sino en pertinencia contextual y representación justa.
🧭 Desde Sombra Radio lo leemos así:
“Latam-GPT es más que una IA. Es un acto de soberanía cultural y un recordatorio de que los datos también tienen identidad.”
Este es el tipo de tecnología que merece atención: no por ser la más rápida, sino por ser la más necesaria.